“La publicidad tiende cada vez más a transmitir emociones, a intentar conectar una marca con sus consumidores o usuarios, a lograr que sea querida, admirada, que la gente se identifique con ella”.
Esta cita se encuentra en el libro “Historia iconográfica de la música en la publicidad” escrito por Fernando Montañés y Mikel Barsa. Según mi punto de vista, es una de las descripciones más acertadas sobre la publicidad actual ya que hace referencia a que los anuncios que solo resaltaban las características objetivas del producto han pasado a la historia. Ha nacido un nuevo tipo de estrategia de comunicación, en la que se apela a las emociones y se intenta que el usuario establezca un vínculo con la marca que le permita identificarse con sus valores.
Este tipo de publicidad surgió como consecuencia de que los medios de comunicación empezaran a transmitir cada vez más anuncios y el número de canales aumentara. Las empresas ofrecían productos cada vez más similares y al público ya no le impactaba que un personaje le numerase un conjunto de características. El cambio era necesario y la clave era la diferenciación. Las empresas se han transformado en marcas con una serie de valores que muchas veces no están relacionados con las características objetivas del producto (por ejemplo la felicidad que aporta un simple refresco de Coca Cola).
Esta tendencia de transmitir emociones y conectar con el público es hoy en día más vigente a raíz del cambio que han experimentado los medios de comunicación (un ejemplo es la multiplicación de los canales por la TDT) y la revolución de Internet. En la actualidad, la publicidad tiene que captar más la atención y ser por lo tanto, lo más creativa posible.
“Es inútil plantearse ni tratar de imaginar cómo sería la publicidad sin la música, pero seguro que mucho más aburrida, sosa e infinitamente menos atractiva y eficaz”.
Esta segunda cita también ha sido encontrada en el libro titulado “Historia iconográfica de la música en la publicidad”. Me resulta una reflexión muy interesante y acertada.
La música se ha convertido en un elemento imprescindible para que un anuncio publicitario consiga su objetivo: crear en el usuario la necesidad de obtener el producto anunciado. Hay veces que presenta un papel más secundario y otras en las que se convierte en la esencia del éxito (un ejemplo es la canción que empezaba “yo soy aquel negrito…” utilizada en un anuncio de Cola Cao). La música en la mayoría de los casos le da a la publicidad esa magia que hace que la recordemos.
Si relacionamos estas dos citas con el mundo del celuloide, podríamos decir que esta industria también ha evolucionado y se ha tenido que adaptar para captar la atención de los espectadores, que reciben cada día una oferta más amplia de películas en la cartelera. Y, ¿qué sería el cine sin sus bandas sonoras? Soso e infinitamente menos atractivo y eficaz.
Rose DeWitt Bukater
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